19 de enero de 2012

Obesidad felina

¿Sabíais que la obesidad en humanos, enfermedad crónica caracterizada por la acumulación excesiva de grasas en los tejidos, ha alcanzado ya y según la OMS proporciones de epidemia a nivel mundial? Si os contamos esto no es porque nosotros estemos aquí para hablar de enfermedades humanas sino porque esta afirmación podría extrapolarse perfectamente al plano de las mascotas en general y al felino en concreto sin hacer apenas modificaciones. Y es que el sobrepeso y la obesidad también suponen un problema cada día más extendido entre los gatos domésticos.

Cada vez es más habitual leer en publicaciones de temática felina que un gato obeso es un gato enfermo y la considerable rapidez con la que este mensaje se extiende no alcanza ni por asomo la velocidad a la que aumenta el peso de miles de gatos hasta límites orgánicamente insostenibles. La causa de esta acumulación imparable de grasa tiene en puntuales ocasiones un origen veterinariamente justificado pero en la mayoría de los casos se debe a algo tan sencillo como que el gato en cuestión ingiere más alimento del que necesita y aquí toma protagonismo innegablemente la mano que le da de comer y que no es otra que la mano de su devoto propietario. Tal es el nivel de gatos obesos que las marcas productoras de alimento para felinos han encontrado en los últimos años un auténtico filón con los piensos bajos en calorías y ricos en fibra y con las latitas de paté de formato cada vez más reducido (entre 85 y 50 gramos) que supuestamente ayudan a mantener el peso óptimo del gato siempre que se respeten las cantidades de comida adecuadas (normalmente indicadas en los reversos de los envases)

Para evitar la sobrealimentación deberemos atenernos a unas sencillas medidas como pesar la ración diaria del alimento seco (teniendo en cuenta que si complementamos la dieta de nuestro gato con alimento húmedo deberemos adecuar la ración de pienso a la cantidad de paté que vamos a servir) y limitar estrictamente el picoteo, los premios y las golosinas. Esto, unido a un aumento de la a menudo escasa actividad de nuestros gatos domésticos ayudará en gran medida a prevenir el sobrepeso y la obesidad. Harina de otro costal es conseguir que un gato ya obeso, candidato perfecto a padecer diabetes, patologías articulares, hepáticas o cardiacas (entre otras), pierda esos cientos de gramos o incluso kilos de más: en estos casos lo mejor es ponerse en manos de un especialista y seguir sus pautas bajo control veterinario aunque, si aún estamos a tiempo, lo más responsable es, sin lugar a dudas, poner manos a la obra cuanto antes para no llegar jamás a este punto.  Porque, y no nos cansaremos de repetirlo, un gato gordo a causa de una ingesta excesiva propiciada por sus dueños no es un gato ni más feliz ni más querido sino, lamentablemente, un gato con unas menores calidad y esperanza de vida.

2 comentarios:

  1. A mi Hirua la vamos a poner a dieta porque le cuelga una chichota en la barriga que no puede ser.

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  2. La verdad es que este tema me agobia un poco: Apolo está rechonchete porque tiene un problema renal y su pienso especial lo engorda más de lo normal. Lo que me preocupa es que Yunus también se está poniendo hermoso y él no tiene problema ninguno. Y como tengo 5 gatos, me temo que vayan todos por el mismo camino y termine teniendo una familia de gatos gigantes... Creo que la razón principal es la falta de ejercicio de los gatos caseros y contra eso el único remedio es jugar y jugar y jugar con ellos!!

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